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Si alguna vez ha pertenecido a una institución educativa, una empresa u otra organización similar, es probable que ya haya utilizado un servidor proxy. Pero ¿a qué nos referimos con un “proxy”? En este artículo definimos qué son los servidores proxy, explicamos cómo funcionan y, lo que es más importante, mostramos exactamente lo que cabe y no cabe esperar de ellos en cuanto a privacidad y seguridad en línea.
Un servidor proxy es un puente entre usted y el resto de Internet. Normalmente, cuando utiliza un navegador en Internet se conecta directamente al sitio web que está visitando. Los proxies se comunican con los sitios web en su nombre.
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Cuando utiliza un proxy, su navegador se conecta primero al proxy y este redirige el tráfico al sitio web. Por eso los servidores proxy también se denominan “proxies de reenvío”. El proxy también recibe la respuesta del sitio web y se la envía de vuelta a usted.
En el uso cotidiano, la palabra “proxy” (“representante”) se refiere a alguien a quien autoriza para que realice una acción en su nombre, como votar en una reunión importante a la que no puede asistir. Un servidor proxy cumple la misma función, pero en línea. En vez de comunicarse directamente con los sitios web que visita, el proxy se interpone para gestionar esa relación por usted.
Como intermediario suyo en Internet, los servidores proxy tienen muchas funciones útiles. Estos son algunos de los principales usos de un servidor proxy:
Cortafuegos: Un cortafuegos es un tipo de sistema de seguridad de red que actúa como barrera entre una red e Internet. Los profesionales de la seguridad configuran cortafuegos para bloquear accesos no deseados a una red, a menudo como contramedida contra ataques de malware o de hackers. Un servidor proxy situado entre una red de confianza e Internet es el sitio perfecto donde instalar un cortafuegos que intercepte el tráfico antes de que entre en la red, y así poder decidir si se aprueba o se bloquea.
Filtros de contenido: Al igual que los servidores proxy pueden regular las solicitudes de conexión entrante mediante un cortafuegos, también pueden actuar como filtros de contenido y bloquear el tráfico saliente no deseado. Las empresas pueden configurar servidores proxy como filtros de contenido para evitar que los empleados accedan a sitios web bloqueados desde el trabajo.
Anulación de filtros de contenido: Así es: puede engañar a un proxy con otro. Si el proxy de su empresa tiene bloqueado su sitio web favorito pero no ha bloqueado el acceso a su servidor proxy personal o al proxy web que utiliza, puede acceder a su proxy y utilizarlo para contactar con los sitios web que desee.
Guardado en memoria caché: La memoria caché es un almacenamiento temporal donde se guardan datos a los que se accede con frecuencia, de modo que sea más sencillo y rápido volver a acceder a ellos en el futuro. Los proxies pueden guardar sitios web de esta manera, de modo que se carguen más rápido que si tuviera que enviar el tráfico a través de Internet hasta el servidor del sitio. Esta técnica reduce la latencia, el tiempo que los datos tardan en viajar a través de Internet.
Seguridad: Además de contener cortafuegos, los servidores proxy también pueden mejorar la seguridad actuando como rostro público exclusivo de su red. Vistos desde el exterior, todos los usuarios de la red son anónimos, pues quedan ocultos tras la dirección IP del proxy. Si un hacker quiere acceder a un dispositivo específico de una red, le costará mucho más dar con él.
Conexiones de Internet compartidas: Las empresas (o incluso domicilios) con una sola conexión a Internet pueden utilizar un servidor proxy para canalizar todos sus dispositivos a través de ella. Otra solución para este problema es utilizar un router Wi-Fi y dispositivos con capacidad inalámbrica.
Tanto los proxies como las VPN conectan al usuario a Internet mediante un servidor intermedio, pero ahí terminan las similitudes. Mientras que un proxy simplemente dirige el tráfico hacia su destino, una VPN cifra todo el tráfico entre el dispositivo y el servidor VPN.
Los proxies, las VPN y el navegador Tor son las tres opciones principales para interponer algún tipo de barrera entre usted e Internet, y cada uno tiene sus ventajas y sus posibles inconvenientes.
Cualquier dispositivo o software en Internet suele tener una de estas dos funciones: cliente o servidor. Un cliente, como puede ser su navegador web, se pone en contacto con los servidores para solicitar datos. Cuando visita una página con su navegador, está enviando una solicitud al servidor web de la misma.
Los servidores procesan estas solicitudes y responden con los datos que se les han pedido. Detrás de todo sitio web hay un servidor o grupo de servidores que trabaja para entregar el sitio a su navegador. Estas solicitudes y respuestas se conocen como tráfico.
Si no tiene un proxy, su equipo se comunica directamente con los servidores web. Todos los sitios web que se comuniquen con su navegador podrán ver su equipo y hablar con él directamente. En otras palabras, su dirección IP será de conocimiento público. Pero ¿qué pasa si quiere evitar esta exposición pública?
Un servidor proxy se coloca delante de un cliente o una red de clientes y gestiona en su nombre todo el tráfico. Este servidor proxy es otro equipo que está conectado tanto a Internet como al equipo del usuario, y cuenta con su propia dirección IP. El equipo del usuario habla solo con el proxy, que después transmite toda la comunicación a Internet.
Luego, cuando Internet responde, el proxy transmite las respuestas de vuelta al equipo del usuario. Muchos proxies (pero no todos los tipos) pueden ocultar la dirección IP del equipo del usuario, de modo que los sitios web visitados no sepan quién es en realidad. Si se conecta a un proxy con una dirección IP perteneciente a otra parte del mundo, el usuario puede incluso “cambiar” en Internet su ubicación geográfica.
Si está en una red con un proxy, por ejemplo en el trabajo, es fácil averiguar la dirección del servidor proxy desde los ajustes de su propio equipo. Podría ser necesario, por ejemplo, para configurar software o aplicaciones, de modo que los nuevos programas sepan que deben usar la dirección IP del proxy. Aunque no podrá desactivar un proxy establecido por el equipo de informática de su colegio o de la oficina, al menos sabrá exactamente lo que está pasando.
Aquí se explica cómo encontrar los ajustes del servidor proxy en Windows 10 y macOS:
Abra el menú Windows en la esquina inferior izquierda de la pantalla y haga clic en el icono del engranaje para abrir su Configuración.
En el menú Configuración de Windows, haga clic en Red e Internet.
Seleccione Proxy en la barra lateral izquierda para ver la configuración proxy de su equipo. Si su conexión se canaliza a través de un proxy, aquí vera esa información.
Abra el menú Apple haciendo clic en el icono de Apple, en la esquina superior izquierda del escritorio. A continuación, seleccione Preferencias del Sistema.
Seleccione Red.
En el menú Red, seleccione el tipo de red que está utilizando: Ethernet o Wi-Fi. A continuación, haga clic en Avanzado.
Abra la pestaña Proxies.
Si su equipo se conecta a Internet a través de un proxy, verá la dirección del mismo aquí, en el menú Proxies. Simplemente elija el tipo de proxy que está utilizando.
Tanto los servidores proxy como los proxies inversos actúan como búferes entre Internet y los equipos que tienen detrás, pero lo hacen de forma diferente. Recuerde que un servidor proxy actúa en nombre de un cliente o una red de clientes para procesar el tráfico que se dirige a los servidores web o que regresa de ellos. Como cabría esperar, un proxy inverso es lo contrario.
Un proxy inverso se interpone entre un conjunto de servidores web e Internet, y gestiona el tráfico en nombre de dichos servidores. De este modo, una organización con montones de servidores distintos (por ejemplo, un gran sitio web con muchos tipos de productos y servicios) puede colocarlos todos detrás de un mismo rostro público de cara a Internet. Al igual que un proxy se asegura de que ningún servidor pueda contactar directamente con los clientes que tiene detrás, un proxy inverso aísla los servidores del tráfico procedente de los clientes.
La diferencia entre los proxies y los proxies inversos es sutil, pero significativa. En suma: los proxies se sitúan delante de los clientes y los proxies inversos lo hacen delante de los servidores.
No hay un único tipo de proxy de reenvío: dependiendo de sus necesidades, puede elegir entre distintos tipos de servidor proxy. La principal diferencia entre ellos es el grado de privacidad que proporcionan.
Los proxies transparentes no ofrecen ninguna privacidad o seguridad adicionales. Cuando utiliza uno, los servidores web reciben su dirección IP real y también pueden saber que se está conectando a través de un proxy.
Por eso muchas personas utilizan proxies transparentes para el filtrado de contenido o el guardado en memoria caché, y no por motivos de seguridad. Por ejemplo, es probable que cualquier proxy en la red de una empresa o una institución educativa sea transparente.
Los proxies anónimos le prometen que no pasarán su dirección IP a los sitios web y servicios que utiliza. Los sitios recibirán una dirección IP falsa, no la real, y por eso los proxies anónimos se denominan en ocasiones proxies de distorsión.
Sin embargo, como sucede con los proxies transparentes, los anónimos tampoco ocultan el hecho de que está utilizando un proxy. Si un sitio opta por denegar el servicio a los usuarios con proxies, no podrá visitarlo mientras utilice un proxy anónimo.
Como los proxies anónimos ocultan la dirección IP, no son una mala opción si quiere obtener un cierto control sobre su privacidad en línea. Sin embargo, no es probable que la protección sea tan fuerte como la obtenida con una VPN (por ejemplo, Avast SecureLine VPN), que oculta su dirección IP y también cifra el tráfico para protegerlo de fisgones.
Puede ver los proxies de gran anonimato (también conocidos como proxies de élite) como un escalón superior de los proxies anónimos normales. El fundamento es el mismo, solo que los proxies de gran anonimato también camuflan el propio uso del proxy. Con ellos, un sitio web no podrá determinar que está utilizando un proxy.
Los proxies de gran anonimato logran esta protección adicional alterando de forma periódica su nueva dirección IP y ocultando cualquier pista que indique que actúan como proxies en su nombre. Son el tipo de proxy más seguro.
Puede configurar un proxy desde la configuración de proxies del equipo, como ya hemos visto en este artículo. También puede hacerlo dentro del navegador, aunque, en muchos casos, de este modo simplemente iniciará el proceso y deberá completarlo en la configuración del sistema operativo.
En resumen, debe introducir en la configuración de proxies de su equipo o navegador la dirección del proxy y otros datos. Para ver una explicación detallada, consulte nuestra guía paso a paso de configuración de proxies para establecer los ajustes del proxy en Windows, macOS y los principales navegadores.
¿De qué sirve un proxy, en realidad? Aunque no sean las opciones más seguras para disfrutar de privacidad en Internet, siguen siendo populares. Veamos por qué:
Quiere tener el control: En Internet hay de todo. Si es un padre que desea proteger a sus hijos de material inapropiado, un servidor proxy de filtrado de contenido puede hacer la labor.
Quiere privacidad: Tanto los proxies anónimos como los de gran anonimato ocultan su dirección IP a los sitios web que utiliza. Si no quiere que los sitios sepan de dónde procede el tráfico, puede plantearse uno de estos tipos de proxy.
Quiere que sus sitios favoritos se carguen más rápido: Guarde sus sitios web en caché con un proxy y se cargarán más rápido la próxima vez que los visite.
Quiere acceder a contenido bloqueado: Cualquier proxy que altere su dirección IP puede hacerlo variando su ubicación geográfica en línea, con lo que podría evitar restricciones de contenido. También puede utilizar un proxy para evitar bloqueos de contenido en su red.
Quiere ahorrar dinero: Muchos proxies web son gratuitos, aunque no respondemos por su seguridad ni su rendimiento. Sin embargo, si solo necesita disfrutar ocasionalmente de las ventajas expuestas, un proxy gratuito podría ser suficiente.
Los proxies tienen sus puntos fuertes, pero también presentan limitaciones y desventajas:
Inestabilidad: Los proxies, en especial los gratuitos, no son conocidos por funcionar como una roca. Prepárese para sufrir desconexiones repentinas e interrupciones del servicio.
Lentitud: Los proxies de caché mejoran el tiempo de carga de los sitios web que almacenan, pero, por lo demás, un proxy puede ralentizar su conexión. Es un efecto secundario de tener que dirigir el tráfico a través de uno de estos servidores.
Seguridad limitada: Aunque los proxies pueden ocultar su dirección IP y alojar cortafuegos, algunos no cifran el tráfico como sí puede hacer una VPN. Por ejemplo, si se conecta a su proxy a través de una red inalámbrica, otro usuario en la red tendría la posibilidad de espiar sus actividades. Esto no sería posible con una VPN. Hay proxies que sí ocultan su tráfico con cifrado HTTPS, por lo que, si le preocupa la seguridad, asegúrese de utilizar uno de ellos.
Funcionalidad restringida: Los proxies funcionan aplicación por aplicación: no puede simplemente configurar uno para que cubra todo el dispositivo.
Si quiere tener auténtico control sobre su privacidad y seguridad en Internet, un proxy no es la herramienta adecuada. Avast SecureLine VPN oculta su dirección IP y su actividad en Internet, y lo protege en cualquier red, incluidas las redes Wi-Fi públicas no protegidas. Y como cuenta con servidores rápidos repartidos por el mundo, podrá acceder al contenido que desee esté donde esté.
Avast Secureline VPN para Android hace su conexión a Internet privada, segura y rápida. Adondequiera que vaya.
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